Editorial: | Ediciones Vigía, Colección Venablos, |
Ciudad: | Matanzas |
Año: | 1992. |
Edición: | 1ª ed. |
Medidas: | 24x26. |
Paginación: | 265pp. 3h. |
Rústica grapado, cubierta fijada con una cuerda.
Texto reproducido con multicopiadora sobre papel escasa calidad. Cubiertas de cartulina decoradas con papeles acuareleados, rasgados y montados. Retrato de Paz por el autor. Número 40 de una tirada de 200 ejemplares. 6 ejemplares en WorldCat. Los Vigías de estos años del 'periodo especial' suelen ser los más pobres de toda la producción editorial Vigía, y esta edición es de los más extremadamente pobres: el papel empleado es, francamente, mala, y ni siquiera es uniforme; el texto está enmarcado pero con una línea trazada a mano, y muy irregular; los esténciles están, como de costumbre, muy gastados, pero en la p. 20 hay un garabato en forma de tachadura que está incorporado en el esténcil; el cartón de la cubierta es basta; el diseño de la cubierta (que se emplea en reproducción por mimeografía en la portada) es (y no encuentro otro término adecuado) cutre. En total es una estética cutre, pobre, grunge y punk. Un fiel reflejo, quizás, de la extremidad de aquellos años en Cuba, desprovista repentinamente de sus apoyos soviéticos, y a la merced del bloqueo y de las obvias debilidades del sistema económico castrista. A la vez es una muestra del espíritu indómito cubano: en tiempos de pobreza, hambre y crisis, se siguen publicando libros de poesía, se siguen creando estas extraordinarias ediciones sobre la obra de un poeta mexicano...